Aprender de uno mismo!

introspectionii

Jeremías 1:5

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”.

Cuánto sabes de ti mismo?

Hoy, siéntate en un lugar tranquilo y fresco, ya sea bajo un árbol, en la playa, en una hamaca  y reflexiona sobre tus propias raíces. Pocas personas se toman el tiempo para verse a sí mismas. Y hay una parte en la cual menos atención se presta: las raíces que tenemos. Nuestras raíces son de donde tomamos la energía para vivir. Son nuestra educación. Son nuestros ancestros. Son lo que nos define como ser humano. Aunque no hayamos tenido un pasado perfecto, todavía hay mucho ahí que nos puede enseñar. Así que, saca un rato o toma un día para aprender de ti mismo. Saca álbumes viejos. Viaja a través del tiempo en esas fotos de tu infancia y de tu adolescencia y de como Dios ha permitido que vivas ciertas experiencias que te hacen la persona de hoy. Piensa en todas esas personas a las que amaste o te amaron, aquellos amigos que pasaron por tu vida dejando huellas y las huellas que tu dejaste en ellos. Pero no des cabida a la tristeza ni a la melancolía, sino usa cada una de las memorias para extraer lo mejor de ellas y para darte cuenta de cuanto has madurado, de como enmendaste todos los errores  y en que áreas de tu vida debes mejorar.

Recuerda que Dios permite que pasemos por unos procesos para que seamos moldeados conforme a su propósito. Pídele que te ayude a ser mejor cada día y a dar lo mejor de ti a otros y primordialmente para hacer su voluntad.

Dios te bendiga!

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