El fantasma del stress!

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SALMOS 62: 8

Confiad en él en todo tiempo, oh pueblo; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio.

Con esto del apagón fuimos muchos los que entramos en estado de nervios, miedos, preocupaciones, en fin el famoso stress. Aveces no entendemos el porque de las cosas, pues no siempre tenemos que hacerlo. Hay cosas que simplemente es mejor hacerse de la vista larga y resolver como se pueda.

En estos días que estuvimos sin luz, no niego que caí también en ansiedad, pero decidí hacer algo diferente. Tome el teléfono para LLAMAR, si llamar a mi familia. Ya no se llama, ahora se envia un mensaje de texto… Escuchar esas voces fue para mi reconfortante y especial. Por otro lado en las noches mi esposo y yo jugábamos cartas. Por más tonto que parezca, nos ayudó a acercarnos de una forma inusual. Normalmente estuviéramos trabajando o viendo alguna serie de TV, si no en la iglesia, pero jugando nos reímos muchísimo y hasta peleamos (de forma amistosa) por que él ganaba o yo ganaba. En otra ocasión salimos al balcón a hablar y a contemplar el cielo. Durante el día aprovechamos el sol para leer la Biblia, escuchar prédicas y hasta nos dio tiempo de coger siesta.

A lo que quiero llevarte hoy es sencillo… No todo en la vida es tecnología, WhatsApp, FaceBook, etc. La vida tiene otras cosas que son maravillosas, pero decidimos quejarnos antes de dar gracias por lo que sí tenemos. Decidimos encerrarnos molestos porque no tenemos “nada que hacer” antes de pensar en esas cosas que hacíamos antes cuando las redes sociales no existían.

Hoy simplemente RESPIRA hondo y MIRA la vida de otra manera. Te aseguro que ahuyentarás el fantasma del stress. El ritmo que tenemos de vida, tanto laboral como de placeres personales, no nos permite DISFRUTAR la vida tal cual es.

Aunque haya llegado el servicio de energía eléctrica, toma un tiempo para ti. Camina en un parque, en la playa o en alguna parte que tengas contacto con la naturaleza y RESPIRA. Reflexiona en tu propósito de vida, da gracias a Dios por lo que tienes, y lo que no tienes y recuerda que vives en un país que es privilegiado, por más gracioso que suene. Muchos otros lugares quisieran tener los privilegios que tenemos en Puerto Rico. Esta dinámica no solo te relajará, sino que encontrarás una nueva motivación para vivir plenamente AGRADECIDO.

Dios te bendiga!

Lo mejor!

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Romanos 12:10

“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.”

Hoy, de manera especial, procura ver solamente las cosas buenas de las personas con las que compartes tu vida; en tu hogar, tu trabajo o tu lugar de estudio. Propónte  buscar lo mejor y más destacado de cada persona. Sólo por hoy: no te quejes, no critiques, no sea juez de los demás. Mira, observa, busca y reconoce sólo cosas buenas, comenzando por ti mismo. Siente la diferencia que esto crea en tu vida y compártelo con otros.

La vida es una, vívela en paz y armonía con los demás y sobretodo contigo mismo!

Dios te bendiga!

Aprender de uno mismo!

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Jeremías 1:5

“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”.

Cuánto sabes de ti mismo?

Hoy, siéntate en un lugar tranquilo y fresco, ya sea bajo un árbol, en la playa, en una hamaca  y reflexiona sobre tus propias raíces. Pocas personas se toman el tiempo para verse a sí mismas. Y hay una parte en la cual menos atención se presta: las raíces que tenemos. Nuestras raíces son de donde tomamos la energía para vivir. Son nuestra educación. Son nuestros ancestros. Son lo que nos define como ser humano. Aunque no hayamos tenido un pasado perfecto, todavía hay mucho ahí que nos puede enseñar. Así que, saca un rato o toma un día para aprender de ti mismo. Saca álbumes viejos. Viaja a través del tiempo en esas fotos de tu infancia y de tu adolescencia y de como Dios ha permitido que vivas ciertas experiencias que te hacen la persona de hoy. Piensa en todas esas personas a las que amaste o te amaron, aquellos amigos que pasaron por tu vida dejando huellas y las huellas que tu dejaste en ellos. Pero no des cabida a la tristeza ni a la melancolía, sino usa cada una de las memorias para extraer lo mejor de ellas y para darte cuenta de cuanto has madurado, de como enmendaste todos los errores  y en que áreas de tu vida debes mejorar.

Recuerda que Dios permite que pasemos por unos procesos para que seamos moldeados conforme a su propósito. Pídele que te ayude a ser mejor cada día y a dar lo mejor de ti a otros y primordialmente para hacer su voluntad.

Dios te bendiga!