Ser mujer

Es ser mujer una posicion difícil?, interesante?, aburrida?, retante?, olvidada?

Aveces creo que el ser mujer conlleva tanto. Le pregunto a Dios todos los días: Que estoy haciendo mal? Ahora que me convertí en madre siento que no tengo tiempo ni espacio para mi; siento que mi identidad ha cambiado, siento que no tengo el derecho de importarme porque tengo tantas cosas importantes que hacer.

No es un lamento, no es un lloro, no es una queja, sino una forma de reflexionar y compartir con otras mujeres que sé que piensan semejante a mi.

Cuando quiero bañarme la nena llora, cuando quiero comer, la nena se me trepa encima, cuando quiero intimar con Dios ella se levanta de su siesta y cuando quiero compartir con mi esposo ella quiere jugar con los dos. Cuándo quiero terminar mi libro mi esposo quiere que lo acompañe a ver una peli, cuando quiero hacer ejercicios mi esposo quiere descansar, cuando quiero ir a la playa hay que ir a la iglesia y así sucesivamente, por poner ejemplos al azar.

Entonces, que debe una hacer? Olvidarse de sus responsabiliadades y disfrutar la vida a plenitud? Preparar las comidas de los clientes, abrir y cerrar el negocio, atender la nena, sacar tiempo para el esposo, asistir a la iglesia, limpiar la casa? Espera pero… el día tiene 24 horas. Dónde quedo yo entonces?

Pues la sociedad dice que cuando uno es madre deja de ser de uno para ser de los hijos pero entonces, el esposo reclama su tiempo. La biblia por otro lado dice que el esposo es primero porque los hijos son de Dios, pero inmediatemente te critican porque eres más mujer que madre. JAJAJAJ vuelvo y pregunto… Qué es lo correcto?

Mi conclusión? No hay una vara que mida que es correcto y que no es correcto. Depende con el ojo que lo veas. Hay que hacer balance. No es fácil pues llevo años tratando de “figure it out”. He querido ser perfecta en todo pero solo he logrado hacerlo peor. Mi esposo me dice que siempre estoy peleando por el stress que tengo encima, mientras que mi madre dice que no soy con mi hija como ella era con nosotros sus hijos y en la iglesia no me toman en cuenta porque no asisto todos los días.

La realidad es que mientras me preocupo por todo esto mi pelo se cae, mi cara se reseca y se arruga, mi aspecto luce faltal, mis manos parecen de una anciana de 60 años y las libras? Pss.. 10 libras de más en lo que puedo acordarme cual era mi peso.

Estoy cansada de las críticas y de los argumentos que da la gente. Estoy cansada del señalamiento y del jurado que siempre da un veredicto pero no es capaz de aportar positivamente. Lo único que puedo prometerme es cada mañana tratar de ser buena cristiana, buena esposa, buena madre, buena entrenadora, buena cocinera y buena hija. La mejor no seré jamás y no pienso seguir intentándolo.

Un día a la vez con Dios como mi norte.